Entrevista en Maxi´s Agenda

Entrevista de Javier Garcia. Reportaje especial: El Noveno arte, donde se hace una Breve historia del comic contemporáneo.

Se publicó originalmente en el blog Maxi´s Agenda - Agenda cultural de Avilés y comarca donde además se entrevista a:

 Jorge Iván Argiz, codirector del festival Celsius 232, programador del FICX, codirector de las jornadas del comic de Avilés, editor y crítico de comics. http://desdemimundo.blogspot.com.es/

 Rocío Orraca, de la Librería Noveno arte http://librerianovenoarte.blogspot.com.es/

  Anxelu González (Xelu), diseñador e ilustrador y autor de cómic. http://elastroguaje.blogspot.com.es/

 Alma Zaragoza lectora de largo recorrido.

José Luis Álvarez López, “Cuinchi”, es diseñador gráfico, pintor, e ilustrador, pero también conoce el cómic desde la perspectiva del autor. Hablamos con el para conocer su visión de este medio que tanto tiempo lleva entre nosotros, y del que no se habla lo suficiente.

¿Tiene salida el sector del cómic para un autor en estas tierras?

Casi puede asegurarse la salida, de estas tierras. Fuera de bromas de mal gusto, en estos suelos tan fértiles nunca se supo aprovechar el potencial de dibujantes y guionistas, algo que se comparte con cualquier actividad creativa. Al artista se le mira con envidiosa admiración, pero cuidado, cuando al hacerte un encargo te llaman “artista” casi se puede asegurar que no te van a pagar.

Si bien nunca faltaron autores y proyectos editoriales prometedores nunca cuajó un mercado local que diera salida a la producción potencial. Nunca se supo o, porqué no decirlo, se toleró que se creara una mínima industria cultural que se auto-gestionara. Aún así no faltan autores que consiguen publicar con dignidad y alguno reconocido internacionalmente, sin duda asunto de superpoderes.

¿Es dedicarse al cómic atarse al tablero de dibujo durante casi todo el día?

Solo si te lo planteas como un “curro normal” puedes sacar adelante producción y conservar la suficiente distancia como para no terminar completamente loco. En cualquier caso cualquier actividad relacionada como la ilustración o el diseño gráfico suponen el mismo esfuerzo.

Lo que sí tiene el cómic de especial es que te ata a las historias a las localizaciones a los personajes... durante casi toda la vida. Aunque no estés delante de la mesa de dibujo sigues haciéndote historietas de todo lo que vives. Rellenar continuamente ese fondo documental es algo sumamente adictivo que termina por apoderarse de tu forma de ser. Aunque no traces una linea ese afán por inventar historietas hace que de vez en cuando te encuentres con alguna que merece la pena ser vivida. Lo que decía, como ya no quedan “curros normales” acaba uno completamente loco.

¿Las editoriales cuidan adecuadamente a los artistas?

Aunque no tengo experiencia con grandes editoriales supongo que las decentes tratan normal a los autores pero no por artistas sino por profesionales. No creo que el artista merezca un trato especial solo ser tratado con la educación y el respeto que se le debería de tener a cualquiera. Pero... ya sabemos que actualmente por lo general se trata fatal a cualquier trabajador.

¿Cómo es y en que situación está el mercado del cómic en Asturias desde la posición de un autor como tú?

Por lo que conozco los que editan cómic aquí lo hacen esporádicamente al ser una excepción en su línea editorial o son unos valientes que prácticamente se autoeditan. Para una gran editorial el mercado asturiano es muy pequeño, aunque no conozco datos concretos tengo la impresión de que se lee mucho cómic pero prácticamente todo viene de grandes editoriales. Para que te lean aquí al mismo nivel que a otros autores tienes que salir fuera a venderlo.

Por cercanía recuerdo el caso de una editorial avilesina con ese planteamiento de salir fuera que consiguió mantenerse un tiempo muy dignamente, hablo claro está de “Dude Comics”. Parece que no pudo ser y eso seguro que asusta a cualquiera que piense en intentarlo. En cualquier caso no cuesta mucho suponer relación entre ese intento y las jornadas del cómic de esta villa la abundancia de buen material en las bibliotecas públicas y por todo ello el nivel alto de los lectores avilesinos.

Por comparación me llama mucho la atención el caso de los músicos, partiendo de parecidos condicionamientos consiguen mantener dignamente algo que puede definirse como música asturiana. Aunque ellos se quejen quizás deberíamos de plantearnos como se lo hacen, a mi me parece que tiene que ver con la necesidad de agruparse intrínseca a su disciplina.

¿El público dedica el suficiente reconocimiento a los autores, o tan sólo a las estrellas superventas del sector?

Soy muy poco dado a los eventos glamurosos donde se rinde culto a los autores, por supuesto es carencia mía y no tengo nada en contra, supongo que es necesario venderlo así. Al no moverme en esos ambientes no tengo una opinión demasiado fiable. La fama mediática no solo alimenta la vanidad de los autores es ante todo negocio, para los que hicimos voto de humildad y pobreza esas idolatrías nos parecen exageradas. Me parece que para ser una estrella en estas tierras es mejor dedicarse al rock o la política.

Mi experiencia es que se respeta en general el trabajo, eso se nota, y si consigues contar algo que los demás querrían expresar no solo te lo reconocen sino que te lo agradecen. No voy a negar que tener cierto prestigio profesional compensa personalmente, sobre todo si los incentivos económicos son escasos, pero igual le pasa al amigo músico la compañera actriz el camarada fotógrafo... todas andamos parecidas de necesidades afectivas.

Los procesos creativos del cómic son bastante más arduos de lo que se ve. ¿Cómo se crean las viñetas y las historias que leemos en cada cómic?

Es algo muy personal, mis maneras se fueron haciendo solas y me parecen inevitables, no entiendo por qué al hablar del tema con colegas me miran raro.

Recuerdo que cuando empezaba en esto de intentar narrar una historia no tenía claro hacia donde me llevaría, tenía la necesidad biológica de contar pero no sabía el qué. Empezaba con la primera viñeta y hasta no tenerla dibujada y entintada no empezaba la siguiente. Como siempre me gustó improvisar era inevitable que surgieran elementos nuevos que llevaban la historia hacia sitios insospechados. Me tengo metido en cada lío existencial para que todo cuadrara que creo que me preparó para anticiparme al desastre.

Mi problema era que entendía la historieta de forma lineal por presentarse así en los cómic que leía, la típica secuencia de viñetas es la obra acabada no la fuente de la que surgió. La historia a contar, la que sirve de modelo es en tres dimensiones, es como un árbol, su presentación en el papel es solo una propuesta de relato entre otros muchos posibles. Solo teniendo esa imagen mental en volumen del total puedes improvisar sin caerte del árbol-historia. Para mi esa manera de sentirlo incorpora otro aliciente especial, surgen por sí solos elementos que es imposible tener previstos en el guión inicial y que están ahí de forma natural; unos personajes al fondo que van a lo suyo porque no saben de que va la cosa, un mueble olvidado que parece que estuvo ahí toda la vida, unas montañas que te sugieren alzar la mirada... sin esas sorpresas estimulantes el trabajo me agobiaría.

Es algo que uso también en la ilustración y la pintura, por eso mis obras tienen siempre algo de cómic, tienen alma de relato. Como en estos casos ya no tengo que atarme a la dirección de lectura de la escritura mis composiciones describen un itinerario de visualización, lo remarco a fuego porque de hecho mis composiciones son solo rutas, dispongo sobre ella los diferentes elementos de manera que faciliten el viaje.

Me encanta jugar a encontrar imágenes con relato latente en un trazo hecho al azar, en las marcas y texturas de cualquier superficie, en la mirada perdida de alguien que viaja en tren... Es difícil que me aburra. Esos prebocetos mentales aún imprecisos los siento como canciones en formación, en el sentido de las canciones aborígenes que son relato de ruta. Si consigo tararearla durante un tiempo paso a escribir y dibujar las partes que considero claves, las marcas y señales en el camino de la canción que evitan que te pierdas. Así se materializa una composición que ya es gráfica, para mi es el elemento fundamental, es el esqueleto que soportará el peso de todo. Sobre ella con ritmo fractal surgen las geometrías de todas sus partes; las páginas, las viñetas, los diferentes elementos de cada dibujo. Uso la estética según me convenga, la fina delicadeza o el desparpajo son superficiales, es por decirlo de alguna manera la ropa del viajero que tiene que ser cómoda pero que no marca ni el ritmo ni la ruta. Todo funciona por si solo si la canción que suena de fondo guía la marcha y dibujar se convierte en una danza.

Por supuesto si pierdo la canción lo que baila es mi cabeza, creo que no hace falta decir que tengo la casa llena de dibujinos huérfanos, versos tristes y solitarios como calcetines desparejados, viejos acordes jubilados en permanente desacuerdo...

¿A que se debe el que el cómic aún no sea mirado con el mismo respeto que la literatura o el cine teniendo en cuenta las numerosas obras maestras que ha parido?

Creo que es debido a que por su capacidad narrativa natural y presentación poco aparatosa se le considera humilde. Esto en un país donde la chulería se considera virtud y la humildad carencia se traduce en falta de respeto. El cómic es sencillo en esencia por sus principios primitivos, aunque se le considere hijo del s.XX lleva en gestación desde el principio de los tiempos. No me parece casualidad que en las primeras pinturas en cuevas ya aparezcan secuencias cinéticas en las que resulta fácil intuir un ritmo y una narración de fondo. El nivel intelectual, artístico o lo que se quiera medir, alcanzado por una obra solo puede referirse a ella y no al medio empleado, y siempre será solo una opinión. El cómic se define básicamente por su carácter secuencial, eso le deja libertad para contener otros medios y experimentar lo que quiera. Pretender que es inferior a la literatura cuando puede contenerla me parece un poco tonto.

En principio para leer cómic no se necesita aprender códigos demasiado complejos ni ser un ilustrado para llegar a entender algo, como en la gran literatura. Ni se necesitan unas tecnologías espectaculares ni una infraestructura industrial y comercial impresionante para mostrarlo, como en el cine. Eso en principio, después el cómic puede ser tan pretencioso, complicado, y aparatoso como cualquier otro medio.

Aunque no sea cierto del todo se asume socialmente que crearlo es demasiado libre, llega demasiado fácil, es prácticamente imposible controlarlo, su uso tiene algo de tráfico clandestino y parece que en algunos sectores de la población el cómic fuera pornografía. ¿Nunca se os quedó mirando asustada una señorona “de Avilés de toda la vida” al ver los cómics que lleváis bajo el brazo?... Es broma pero quizás ese sea el problema, la razón por la que no es del gusto de las élites culturales, de hecho casi resulta obsceno imaginarse una Real Academia del Cómic.

¿Es posible que haya una carencia de cultura de cómic que aprecie realmente tanto al arte mismo como al artista que lo crea?

Sinceramente creo que no es cuestión de carencia cultural, el medio de trasmisión de ideas se conoce y todo el mundo tiene alguna referencia. No conozco a nadie que no guarde cariño a alguna historieta, aunque sea la única y hace mucho. Pero es algo personal y por lo tanto poco común, no se suele comentar en grupo como una película. Para eso sirven de maravilla las jornadas y las presentaciones pero falta algo básico para ser tema de conversación habitual, que un grupo de gente tenga la misma historieta en la mano. Quizás en el loable intento de dignificar el medio se perdió la cultura callejera, usamos poco el cómic para transmitirnos ideas. Tenemos grandes obras “carisísimas” en las estanterías pero... ¿quién se atreve a prestarlas? Si alguien tiene la culpa de que esto no funcione como debería son esos malos amigos que rompen la cadena en el tráfico de historietas ¡¡¡ … !!!
No creo que sea casualidad que en el llamado BOOOM del cómic coincidieran la proliferación de revistas mensuales “baratas” y el estallido de la Revolución del Fancín. La mayoría de los grandes dibujantes actuales empezaron en esas pequeñas barricadas callejeras.

¿Se echa en falta un mayor apoyo, y no sólo económico, por parte de las instituciones?

No, es lo peor, que no ayuden. En el momento que entras en los brillantes, por encerados, Centros Culturales Oficiales pierdes los superpoderes, tienen los muebles atornillados al suelo por lo que no puedes parapetarte tras una mínima barricada. Es el fin, te quedas arrebujado en una esquina sin atreverte a declarar la más mínima expresión que te delate.

No debería de ser así sino todo lo contrario, pero después de tantos años de “ayudas” no queda otra solución que admitirlo, son trampas para atraer controlar y anular. Quizás por eso empiezan a formarse un nuevo tipo movimientos alternativos, sobre todo parecen interesantes los Centros Sociales Auto-gestionados basados en el apoyo mutuo, llegado un punto de mínima organización es inevitable que tengan la necesidad de expresarse y el cómic parece haber nacido para eso. El milagro de la resurrección del cómic me temo que no llegará de los cielos brillantes, por encerados, no hay más cera que la que arde.

¿Qué es lo que mas te inspira y te motiva para crear como autor?

Una vez más tengo que recurrir al símil y a la sugerencia visual para intentar explicarme, supongo que por deformación profesional, es la manera que tengo, la que conozco.

En el fondo lo que me motiva es servir cocinadas las historias hechas con los ingredientes que la gente me ofrece. Si la gente come con apetito y queda satisfecha soy feliz. La cocina tradicional de toda la vida.

El arte me parece gastronomía. Su función es la de experimentar y exponer las novedades, se le puede perdonar cierto elitismo pero sin olvidar que solo será grande cuando se integre en la cultura común. Como la fabada.

El curro me parece comida basura. Aunque no quede más remedio que recurrir a ella si no comes de vez en cuando algo decente terminas como un Donut, hinchado y vacío por dentro.

Casi nada sabemos de las gentes que inventaron todo esto, apenas lo esencial, que lo que cuenta es el cuento, la historieta...

Gracias de todo corazón por ser medio a través del cual expresarme.

Jose Luis Álvarez “Cuinchi” http://cuinchi.es