Serie de fotos comentadas "Cuenca del río Alvares"

El Alvares es un río humilde que solo pasa por pueblos, del que poca más información se encuentra disponible que la que recogemos en la asociación La Foz del Pielgu: Río Alvares. En un momento determinado, charlando entre gente que nos conocemos de siempre, empezamos a darnos cuenta de que sabemos más de nuestro entorno de lo que en principio pudiera parecer, y no menos importante, que eso nos interesa a pesar del descuido. Siguiendo su enseñanza, que recoge las aguas de los valles por los que pasa, reúno aquí algunos de esos comentarios de casos y cosas vistas y oídas en las anchurosas orillas de ese modesto pero ufano río.

Palacio Valdés por el Alvares

En la novela "Marta y María" Palacio Valdés hace una descripción de la cuenca del río Alvares, antes del paso del ferrocarril y cuando Cancienes estaba casi despoblado en la vega del río. El texto escogido empieza en el desfiladero de La Consolación, pasa por Cancienes y Solís y acaba en La Miranda. La foto está sacada detrás del lavadero de la Umeral: http://lafozdelpielgu.org/spip.php?article493 Queda pendiente hacer una foto con luna en este sitio "El anchuroso valle así iluminado ofrecía un aspecto de lago dormido."

(...)
Cesó de llover al fin. Sintiose un leve soplo de viento ábrego y la espesa capa del cielo comenzó a enrarecerse despidiendo tenue y escasa claridad, que hizo resaltar las siluetas de los soldados y los árboles y los enormes bultos de las montañas que cerraban el valle. El silencio en la comitiva era sepulcral. Los presos no cambiaban entre sí palabra alguna, devorando su rabia y tristeza. En la campiña tampoco se escuchaba ninguno de los gratos ruidos que acrecientan el misterio de la noche y llenan el alma de suave melancolía. Sólo al pasar por delante de alguna casa se oía dentro el gruñido amenazador de un perro que protestaba contra el desfile de la tropa a hora tan inusitada y tal vez que otra el no más dulce murmullo del sargento Alcaraz, que maldecía de la noche, de su suerte y de la madre que le había parido.

El viento siguió soplando cada vez más vivo; un viento tibio y húmedo que los presos encontraban asaz siniestro. Los árboles que bordaban las orillas de la carretera se retorcieron angustiados, dejando caer toda el agua de que estaban cargados. En la escasa claridad del cielo comenzaron a resaltar los bultos de grandes nubarrones negros que rodaban velozmente por la atmósfera cual si viniesen perseguidos de cerca por algún monstruo de la noche. Detrás de estas nubes no se percibía el azul oscuro del firmamento, sino un espeso manto gris que parecía impenetrable. No obstante, el viento, cuyo ímpetu iba siempre en aumento, logró desgarrarlo, al fin, por algunos sitios, formando gratos agujeros, en el fondo de los cuales se percibía el suave fulgurar de alguna estrella. Las grandes nubes negras venían a taparlos; pero el manto se desgarraba por otros parajes a toda prisa y las diminutas estrellas tornaban a hacer guiños amables a la tierra. Al cabo, una gran luz argentada bañó súbitamente toda la campiña. La luna había aparecido entre dos nubes, bella y esplendorosa como una virgen que abre las ventanas de su aposento. Mas apenas hubo echado una mirada curiosa a nuestra comitiva, cuando los nubarrones se estrecharon, poniendo venda a sus ojos y dejando a la tierra triste y sombría. De nuevo volvió a aparecer en lo alto y otra vez tornó a ocultarse, mirando resbalar por delante de sí una legión presurosa de nubes de todas formas y tamaños que volaban a regiones desconocidas. En el espacio de media hora presentose y ocultose un número incalculable de veces, ofreciéndose a los ojos de los viajeros como un navío presto a sumergirse en aquel océano inquieto y tenebroso.

Por último, sosegó la tempestad del cielo. Poco a poco habían ido desapareciendo detrás de las montañas los espesos nubarrones que manchaban la faz del firmamento. Unos cuantos que habían quedado rezagados y que a largos intervalos, cruzando por delante de la luna, sumían a la tierra en las tinieblas, también traspusieron los picos de las montañas. Y quedó el firmamento sereno y límpido, desplegando su oscuro manto tachonado de estrellas. La luna trazaba un círculo luminoso a su alrededor, en el cual, como reina orgullosa, no permitía brillar ningún otro astro. El dilatado valle pareció estremecerse suavemente de placer al sentir el beso de la luz. Y de sus bosquecillos de naranjos, y arroyos sosegados y blancos caseríos esparcidos aquí y allá dejó escapar millones de reflejos que se perdieron con dulce misterio en el aire. En ciertos parajes se extendían grandes sábanas argentadas donde se percibían con admirable claridad las siluetas de los árboles y vallados; en otros se acumulaban las sombras protegiendo el sueño de las plantas. El anchuroso valle así iluminado ofrecía un aspecto de lago dormido.

Después de caminar bastante tiempo por el medio, nuestra comitiva tocó en las montañas que lo cercaban. Era necesario trasponerlas para entrar en la campiña que rodea a... La carretera penetraba por los sitios más accesibles, ciñendo el costado de uno de los montes con declive bastante pronunciado. El horizonte se estrechaba de modo extraordinario. Al comenzar la subida, el teniente mandó hacer alto delante de un enorme mesón situado al pie de la carretera, y haciendo llamar al dueño le obligó a levantarse y a servir vitualla a la tropa. Los presos entraron en la casa y descansaron buen rato. Y otra vez emprendieron la marcha subiendo con calma el áspero repecho.

La briosa vegetación del valle había desaparecido. Los montes, que se cerraban cada vez más, dejando apenas paso a la carretera, estaban vestidos únicamente de helecho. De vez en cuando se tropezaba con el agujero de alguna mina de carbón, abierta sobre el camino. Don Mariano no pudo resistir a la tentación de hablar del ferrocarril de Nieva, y se acercó al teniente mostrándole por dónde iba el trazado de Sotolongo y explicándole ampliamente las ventajas que llevaba sobre el de Miramar. El piso estaba bastante más enjuto a causa de la pendiente, y la luna seguía desde lo alto esclareciendo la ruta, posando su dulce y tranquila mirada sobre los viajeros. (...)

Publicado en FB el 11 de julio de 2018

La güelga de Cancienes

Una de las cosas que más me irritan (aparte de las ortigas) es la pretenciosa condescendencia de demasiados monolingües (en este caso castellanos pero eso es indiferente) que reclaman la exclusividad de lo “mono” (único). Al pretender corregir una fea falta de ortografía a unos pobres aldeanos que no saben hablar...

En asturiano a las zonas encharcadas (enllamargáu y malu) se las llama “Güelga o Buelga” cuya traducción literal al castellano sería “Huella” y no “Huelga”. Es algo que se hace de forma recurrente con muchos topónimos que así pierden todo su sentido geográfico descriptivo, creando la nada inocente confusión al dar a entender que en ese sitio sucedió un épico acontecimiento de la lucha obrera...
Así, en Cancienes, tenemos un parque que se llama “La Güelga” como intento de recuperar un topónimo tradicional, que en realidad se refería a un zona mucho más extensa que englobaría a lo que hoy se conoce popularmente (no oficialmente) como “El Poblao”. Tanto el parque como el poblao se desecaron en el último tercio del S.XX para urbanizarlo.

Pero queda una zona sin civilizar (asilvestrada como el Yerboleru que vos fala ;-) ) entre la carretera general y las casas de La Estación, como prueba de que las zonas dejadas de la mano del Dios civilizador son un espantoso infierno en el que no te puedes meter sin hundirte sin remedio en semejante terreno inculto.

Como este comentario tiene un algo de mala leche y me levantó un poco de dolor de cabeza (y viceversa) me prepararé una infusión de Ulmaria https://en.wikipedia.org/wiki/Filipendula_ulmaria Esa de los pompones crema en la foto. Solo con olerla “apesta a aspirina” por contener mogollón de la sustancia de la que se utilizó para sintetizar el ácido acetilsalicílico. Salú

Publicado en FB el 11 de agosto de 2018

El Cabañón de Cancienes

Nunca dejará de sorprenderme la cantidad de información que contiene un simple topónimo. Resulta que uno de los primeros barrios de la parroquia de Cancienes “El Cabañón” no solo tiene un nombre muy sonoro que te hace imaginar una antigua construcción ya desaparecida que nadie recuerda; también guarda la pista, como semilla enterrada, de una forma de vida que no por olvidada deja de estar presente.

Conocido es que El Cabañón, como barrio, lo finalizaron de construir los propios beneficiarios en 1959, bajo el patronato del gobierno de un nunca suficientemente reconocido dictador... cuyos acólitos quisieron honrar poniéndole su nombre al poblado. Pero, aunque humilde, no es un nombre de sitio cualquiera que se deje enterrar en las cunetas del tiempo, ye grandón. Todo indica que parece guardar relación con un modelo de aprovechamiento del territorio mucho más extendido en el pasado de lo que ahora reconocemos.

Siempre tuve curiosidad, creo que como cualquier cancienígena, del por qué del nombre del sitio. Ahora encuentro una pista que me convence, y que claro está no doy por cerrada esperando aportaciones. Rebuscando información sobre el modelo de vida tradicional en las montañas, me encuentro con una maravilla de estudio: “Las brañas asturianas: un estudio etnográfico, etnobotánico y toponímico.” publicado por el RIDEA (Del que podéis saber más en la web personal de uno de los autores http://www.xuliocs.com/branastur.htm ). Como casi siempre este tipo de trabajos tiene escaso interés comercial por lo que es prácticamente imposible encontrarlo en librerías, se hace pues necesario recurrir a las nunca bastante aponderadas bibliotecas públicas...

Dicen en el libro que parece ser que el sistema de aprovechamiento de pastos en verano, que en la actualidad languidece en las zonas de montaña, estaba extendido prácticamente por toda la geografía asturiana. Así parecen demostrarlo topónimos como "Braña" ( de "Terra Veranea") y otros relacionados como "Cabaña" (de "Capan’na" talvez de la raíz celta "Kapp"= Capa, en clara alusión a su cualidad de cubrir). Se recoge así un extenso listado, que reconocen incompleto, donde se da cuenta de nombres de sitios que recuerdan este modelo de poblamiento, que como poco se remonta a la Baja Edad Media. Tanto "braña" como "cabaña" son conocidos topónimos en la comarca, así se llaman lugares en Castrillón, Carreño y el caso que nos ocupa, Corvera. Así en la parroquia de Cancienes aparecen "La Cabaña" (cerca de Fontecaliente, sobre la carretera de Los Campos a Trubia) y el Cabañón (barrio de lo que hoy se conoce como el pueblo de Cancienes).

Nunca lo hubiera imaginado, porque mi concepto de braña es el de los pastos de altura en la montaña, y este no parece el caso, pues no me parece razonable pensar que la gente "de abajo", de Los Campos por ejemplo, se desplazaran en verano a las tierras "poco más altas" en Cancienes. Pero claro, se me olvidaba de que en Cancienes hacemos las cosas al revés ;-) Es muy posible que en estos tiempos de los que hablamos, cuando el bosque se imponía, en el invierno las zonas bajas del valle eran zonas de güelga (encharcadas) y que por lo tanto solo eran aprovechables como pastos en verano. Tenemos pues disculpa para el modelo invertido.

Para acabar solo matizar un detalle más, en las brañas actuales se diferencia entre cabaña y cabañón, este último es el comunal, es donde se hacen las reuniones de brañeiros y donde pueden alojarse visitantes. Ya no seguimos ese sistema, pero bueno, si pasáis por el pueblo siempre se podrá compartir unes botellines... ;-)

(En la foto una imagen de El Cabañon poco conocida pero que pienso ilustra bien lo que comento. La mejor imagen del barrio puede apreciarse desde el tren mirando por las ventanas de poniente. Al fondo puede verse un monte de ocalitos cortados, antes era un bosque de robles "El Pindal del Rey" que terminó bajo el mar en los gloriosos pecios imperiales...)

Publicado en FB el 13 de enero de 2019

La lechera de Cancienes

Ahora que parece ser que La Lechera de Cancienes pasará a mejor vida (¡...!) me gustaría recordar y compartir algunas anécdotas y curiosidades sobre ella, la más bella representación de que Cancienes siempre fue la leche ;-)

No voy a entrar en asuntos ya dichos en estudios más serios, como el resumen de La Foz del Pielgu http://lafozdelpielgu.org/spip.php?article366, que remite a un informe mucho más completo en la Web Patrimonio documental http://www.archivosdeasturias.info/ del principal gobierno asturiano.

Con esta reencarnación de La Lechera de Cancienes es de suponer, o al menos esperar, que se promueva un trabajo que investigue, recoja y difunda, la abundante documentación donada al archivo municipal por los herederos de la histórica empresa lechera. En esa documentación "creo" tienen información muy completa sobre los productores y sus familias (economía, informes médicos, dónde y qué estudiaban los hijos...) Como La Lechera recogía no solo en la comarca, esa documentación puede aportar mucho a la historia de la zona rural asturiana.

Como muestra de que La Lechera no solo es importante en la comarca de la villa villana os cuento una anécdota real que me pasó en el pueblo La Foceicha en Teverga, en el Puerto Ventana, casi en la raya con Lleón. Resulta que topamos a un Paisano al que preguntamos por una ruta que queríamos hacer. Tras tantear si teníamos conversación entrugonos d’ónde yéramos. Sabido es que la mayoría de los corveranos solemos decir como mucho que somos de cerca de Avilés. Así se lo dije... Mirome a los güeyos... Le confirmé que yera de Cancienes.
 De La Lechera de Cancienes veníen coyer lleche a La Foceicha, con aquelles carreteres... (Soltó).
 ¡Coimes! pero ta muy lloñe, y más enantes... (Conseguí regurgutar).
 Ya te digo... yeren otros tiempos... (Dixo, quedando como clisau).
¡Sí ho, muy buen ganau en Cancienes!. (Dixo espabilando de repente, con chispes nos güellos que achinó pa sonreise).
 Sí claro, por eso ta La Lechera... (Dixe, a lo bobo...).
 ¡D’esi ganau NON, guaje! (Espetome).
(Evidentemente no se me ocurrió decirle que aquello podía ser considerado un comentario machista...)

Pero no queda ahí la cosa, unos cuantos años más tarde nos llega al buzón de La Foz del Pielgu una carta electrónica de una moza, que preguntaba si sabíamos algo de que en el pueblo de Morina, en la parroquia de Cancienes, en el pasado hicieran trasumancia a Teverga... ¿En Moriana cambiar de casa de verano a invierno como los vaqueiros? Ni idea... Así que preguntamos a la asociación hermana, La Piedriquina de Les Regueres, porque sabíamos que estaban trabajando el tema Vaqueiru y esa zona no deja de estar a la vera. Efectivamente, en Moriana subían por el verano a La Foceicha en Teverga. Y como eran productores de La Lechera iban a recogerles la leche.

¿Ye posible que esi Paisano sacárame d’ónde yera por cómo falaba? Guapamente. Asina que casi veo el so comentariu con otros güeyos ¡¡¡En Cancienes hay muy buen ganao!!!
Aunque un poco desnatadas seguimos siendo la leche.

Publicado en FB el 10 de febrero de 2019

La iglesia de arriba de Cancienes

Cuando en 1995 recibí una invitación de Jesús Antonio González Calle para hacer una ruta por la Corvera inhóspita me sentí como el orgulloso indígena que contratan de guía. Conocía a Jesús de hacerle las ilustraciones para el libro “Historia de Corvera de Asturias y su área” http://lafozdelpielgu.org/spip.php?article136 que estaba rematando por aquellas fechas. Como ese mismo año estaban elaborando la "Carta Arqueológica de Corvera" http://lafozdelpielgu.org/spip.php?article1 se juntaron el historiador y el arqueólogo en una salida de campo, a la que me invitaron por conocer la zona de estudio, en realidad de patearla haciendo el indio de guaje ;-)

Fueron directos a la iglesia de arriba, el centro y principio, la Santa Madre de Cancienes. Ahí me enteré que tanto en Asturies como en Galicia el término “Parroquia” se refiere a una división territorial política dentro de los concejos, no es lo mismo que la parroquia religiosa aunque se base en las divisiones territoriales de la iglesia católica, que a su vez se superpone a la distribución natural de las poblaciones, en su búsqueda de un buen uso de los recursos naturales. Por eso las iglesias tradicionales sobrepasan el interés religioso (que es respetable por supuesto) y no solo consisten en un edificio más o menos antiguo o interesante. Es el centro de un paisaje, geografía e historia bien localizada, gentes en un territorio superpuestos en el tiempo... ¡la madre que lo parió! estaba claro que iba a aprender mogollón en aquella salida.

La pregunta que se hacían parecía bastante obvia: ¿Se trata de la localización de un antiguo castro?. El sitio es inmejorable, está en un alto desde el que se otea la parroquia al completo y puede verse desde cualquier punto de esta. En su ladera de poniente tiene tal pendiente y dimensiones que resulta una barrera natural impresionante, que deja en clara desventaja a cualquier visita indeseada. Por las señales en el terreno no resulta nada difícil intuir un recinto amurallado que rodea y protege el actual complejo parroquial. Construcciones actuales junto con muros setos y carreteras ni siquiera intentan disimular antiguos usos que se superponen a los nuevos. Incluso el moderno deposito de agua no desentona, tener una fuente de agua en abundancia bien se merece un monumento.
Repite una estructura muy conocida en Asturias, de hecho el cercano castro de Pico Castiello en Molleda viene a ser lo mismo. El recinto protegido, para usos especiales, sobre las tierras de labor y pastoreo de uso diario, y un buen camino que comunica con los pastos de verano en la vega. Curiosamente el topónimo de esa población bajo la iglesia es Campu la Vega. :-)

El que un sitio sea adecuado no quiere decir que se utilizara, sobran sitios así en una geografía como la asturiana, pero parece ser que para la densidad de población que se estima en esas épocas faltan castros, no parece razonable ese desaprovechamiento del territorio, ese vacío entre los reconocidos castros de Molleda y Ferroñes. Así queda reflejada la duda en la memoria de prospección de la inédita "Carta Arqueológica de Corvera" pero como está sin publicar no es accesible al uso común fuera de lo académico. Lo que diferencia este presunto castro de los otros es precisamente que nunca dejó de utilizarse, mientras los otros fueron abandonados en un momento determinado, dejando una imagen parada en el tiempo, en este se superpusieron los nuevos usos tapando lo anterior. Pero quedan testigos de aquellos tiempos olvidados, algunos vivos...

(Y aquí me quedo con las ganas de entrar a contar la apasionante historia de la pareja de Tejos enamorados de Cancienes, es un poco triste, solo queda él... pero mejor otro día con más detalles y cotilleos)

Publicado en FB el 24 de febrero de 2019

Los Texos namoraos de Cancienes

Aterricé en Cancienes a principios de los años 70s, no es que viniera de otro planeta pero sí de otro mundo, de vivir en Trasona frente a la ENSIDESONA, de mascar el veneno con el que nos sulfataban a diario... Recuerdo perfectamente el momento en el que toqué suelo por primera vez en el pueblo, unos guajes pasaban el regato Moriana con una liana atada a una Castañal, en el sitio en que hoy está el corralito de colores para que jueguen los guajes :-)

Los antiguos lo tenían claro, romanos incluidos, existe un "genio" del lugar y en muchos casos el encargado de representarlo es un Árbol. Si eso es válido en todo el mundo lo es especialmente en una Europa que llegó a vestirse por entera de bosque. Reinaban sobremanera Robles, aquí Carbayos, como bien saben los Carbayones :-p . En la Europa Atlántica en muchos casos el Árbol escogido para representar un lugar habitado es el Tejo, y el sitio donde más se conservan Tejos de Parroquia es en Asturies.

En su maravilloso libro "ÁRBOLES DE JUNTA Y CONCEJO" Ignacio Abella ilustra la idea de que los origines políticos de nuestra sociedad se remontan a cuando nos reuníamos bajo el Árbol plantado por los ancestros, bajo Él y ante Ellos la palabra dicha estaba dicha. Se atreve a bautizar esa forma de gobierno como "Dendrocracia" o Gobierno de los Árboles ( https://soelarbol.blogspot.com/ ). Luego, corriendo la historia, llegaron otros diciendo que la palabra escrita iba a misa...

Así, aunque sé que los árboles no hablan, el Texo de la iglesia de arriba está diciendo muchas cosas. Si lo conocí antes de tener la copa mocha no me acuerdo, llegábamos entonces al Poblao cuando lo fulminó un Rayo. Le quemó la copa dejándole medio tronco en esqueleto, y aguantó como un paisano, con el dedo acusador saludando al cielo que lo señaló. Qué mejor símbolo para una juventud rebelde que habitaba en una barriada sin ciudad. En el kuño de la AJK (Asociación Juvenil de Kancienes) teníamos al Texu quemao de símbolo, recuerdo que no gustó aquella decisión, reclamaciones al Texu.

Muchos años más tarde me entero por un Paisano que subía casi todos los días al cementerio que cuando cayó el Rayo dejando al Texu medio seco mató a la pareja, a la Texa... ¿Cómo Texa? Entonces, ese tronco a la vera no es de un Texu anterior... qué tontería, el árbol de ahora no es milenario pero tendrá guapamente doscientos o trescientos años. Además en la vecina Solís aunque los Texos son más jóvenes también son pareja ¿será una costumbre local? que sepa sería una excepción.
Pasado el tiempo mirando unas fotos aéreas de 1970 me da por buscar la iglesia para centrarme en el territorio, no cabía duda, estaba Ella...

Se acuerdan a su manera arbórea de aquellas gentes que las plantaron mirando al amanecer, para ver cómo se levantan El sol y La luna, mientras sigan naciendo los días y las noches. Si no se nubla sonríen con las primeras luces a la Peña Santa, que como rapaza que ye muestra descarada, bajo sus faldas de encaje, la Covadonga.

(no puedo poner imágenes de todo, por eso lo escribo, pongo una foto mala pero es la única que tengo a mano de algo palpable. Aclarar que si bien “Taxus baccata” tiene dos géneros, árbol con polen o con frutos, no tienen muchos prejuicios y pueden cambiar si así lo deciden. Si conocéis algo más me gustaría saberlo. Falamos baxu’l Texu ya la Texa.)

Publicado en FB el 3 de marzo de 2019

La fuente de Justo y Pastor

Durante algunos años, calculo que a mediados de los 90s, en Solís decidieron bajar la fiesta parroquial a un pradón junto a la carretera general. Recuerdo mucha afluencia de gente, sobre manera el día que tocaron Llan de Cubel en lo que parecía ser el germen de un nuevo festival Celta tan de moda de aquella. Pero la novedad no consiguió cuajar y pronto decidieron seguir celebrando la fiesta en el sitio tradicional, en la Ermita a donde sube la romería de los Santinos. Adscrita en el panteón cristiano a los Santos Justo y Pastor, guajes mártires de Alcalá de Henares cuando los emperadores romanos aún no reconocían la única religión verdadera.

Pero antes de descubrir el dato curioso que me motiva a contar esta historieta, la de los nenos nacidos en el año presentados en sociedad con una fiesta, tengo que contar cómo me enteré. Creo necesario explicar un poco el trance que lleva a la revelación.
Cualquiera que me conoce de tiempo sabe que mi habilidad tirando sidra no es por ciencia infusa, son munches les tonelaes de botellines verdes trasegaes... y es en ese contexto, en la fiesta de Solís en el prao de abajo, cuando intentando conseguir un par de cajas más para que no decayera la folixa decido acercarme a la barra ya móvil de la fiesta donde nadie me atiende me dirijo desesperado a Ramón el Enterrador, que consiguiera furar en la Comisión para estar sirviendo en la barra. Le pido dos cajas y como tengo que repetirlo piensa que son cuatro... consigue sacarme de quicio y lo que es peor, de la danza del Osu que en aquellos momentos hacía levantar los pies del prau del meyor plantau. Le atiendo con resignación pues parecía que quería hablar, pero entre las voces, la música al alto la lleva y que a él ya le habían hecho la traqueotomía (el furacu esi na garganta) no conseguía entenderle nada. Así que desesperado cogió un papel y empezó a dibujar un plano, ahí me cazó... el fuera bolos era yo.

Resulta que de joven, cuando Ramón empezaba a hacer chollucos para la Iglesia (dudo mucho de que lo aseguraran) le mandaron tapar con unas losas de piedra una fuente junto a la Ermita de los Santinos. Mientras intentaba dibujar y escribir malamente se emocionaba al comprobar la complicidad conseguida, gracias, todo hay que decirlo, a la intervención de un apoteósico Javierín que vino a ver qué pasaba con el suministro de sidra. Al parecer, tanto antes como ahora llevaban a los críos a la romería de los Santinos, pero antes había una fuente al lado de la Ermita donde se hacía lo que parece un bautizo colectivo. Me consta que en toda la comarca, en sentido muy amplio, fue una costumbre muy popular y arraigada ese trasiego de guajes en fecha sospechosamente próxima al día de la Santina.

Con el saber contar de Berto Peña, sin duda aprendido de Vieyes, me entero que hay otro sitio adscrito a los Santinos Xustu y Pastor en Asturies. En su libro "MITOLOXÍA DE LOS SANTOS N’ASTURIES - Raigaños paganos nel cristrianismu" dice que en Turón hay una capilla de los Santinos, también con fuente, en este caso con una piedra labrada hoy destruida... pero que antes del atentado pudo ser descrita y que al parecer tenía una serie de grabados con motivos que piensan hacía referencia a Cástor y Pollux, dos hermanos gemelos de la mitología griega. Los famosos Dióscuros (que quiere decir "Hijos de Zeus") que participaron en la expedición de los argonautas y que a su muerte fueron trasformados en la constelación de Géminis... no hay puntada sin hilo.

La ermita, capilla o iglesia, según las diferentes fuentes, del S. XVII, fue derruida en 1978 y reconstruida sin tener en cuenta su estructura anterior... (¿quién era alcalde, cura, obispo, responsable de patrimonio?). En la "Historia de Corvera de Asturias y su Área" Jesús hace una descripción del antiguo templo basándose en una foto que aparece en la nunca bastante apoderada "Gran Enciclopedia Asturiana" en el tomo 5 en la entrada de Corvera. (adjunto la foto pues no me parece posible mejorarla en la actualidad)

A partir de aquí empiezo a suponer e imaginar.
Para mí el sitio de la fuente está claro por la descripción de Ramón el Enterrador, es el boquete que hay en el talud Sur que limita la explanada de la Ermita, mirando a la Miranda. Del que parece bajar una pequeña cárcava señal de un antiguo regato. Todo vestido de yerba y tras un "pastor electrico" que parece límite de finca (abajo a la derecha en la foto). A un par de días de gües al Suroeste hay un manantial con bomba que parece confirmar la presencia de surgéncias de agua en la zona, parece muy lejano para ser la fuente de la descripción Ramón el Enterrador.
Es algo que incumbe al vecindario o parroquia de Solís al que en ningún caso quiero molestar. Por los años que calculo quedarán muy pocas personas que se acuerden de si es cierto o imaginaciones exageradas. Por mi parte no podía dejar de contarlo, lo de la fuente me parece tan guapo que me entristece profundamente su olvido.

Una guapa tarde no hace muchos años una muyer de Carreño me reconocía, bajando de ver los túmulos y dólmenes del monte Areo, que desde que la llevaran de nena no pasara nunca más por la fiesta de los Santinos. Pero que sabia dónde estaba porque le decían de cría que era debajo de las tetas de Bufarán, la sierra del Gorfolí... se lo tomé a coña, no dejo de ser un poco aldeano y entiendo esa maldá picardiosa tan de Casa. Al llegar a la iglesia de Guimarán la entendí, efectivamente desde allí San Justo queda debajo del Pico mas picudo, que tanta presencia tiene en el propio sitio de la Ermita. No deja de sorprenderme y admirarme el enciclopédico saber geográfico de todo el orbe rural por parte de la aldeanada.

(Este último párrafo, como en otras entradas, es completamente inventado, verso libre, digamos que necesito de la fantasía para atrapar un poco más de realidad ;-) O no, comprueben Vds https://goo.gl/maps/MYkHdZgmrzx )

Publicado en FB el 9 de marzo de 2019

Carbayos en La Chusca

Según me contaron, el topónimo de La Chusca en Cancienes viene de una Casa, y Fuente, ya desaparecidas. Al llegar al recién estrenado Poblao, a mediados de los 70s, así se llamaba una cuesta en la carretera a la estación, los motes se trasmiten por herencia. Poco después el nombre de la Cuesta de la Chusca se nos quedó marcado a fierro candente, cuando en las legendarias bajadas a lo loco con los carritos de rodamientos intentábamos matarnos sin poder conseguirlo... entonces no lo sabíamos pero los genios del lugar nos protegían desde los árboles.

Cualquier viajero con un mínimo interés etnográfico podría llegar a pensar que a pesar de que la Iglesia es de evidente nueva construcción la cercanía de esos imponentes Carbayos, solo separados por una pequeña carretera, señalaban un lugar de culto ancestral. Tampoco sería nada raro, en la vecina Castrillón es algo habitual ver Carbayos al lado de las Iglesias, como los hermosos ejemplos en Naveces y Santiago del Monte. Sin ir tan lejos en la propia Cancienes una de las Casas más enraizadas del pueblo es Ca Carbayo, y el nombre de una Asociación Vecinal es El Carbayu. Así pues, si en la vieya Iglesia de arriba los Texos protegen a toda la parroquia, en la nueva de abajo protegen, al menos que me conste, al guajerío cafre. ;-)

Estos imponentes árboles, aunque son de propiedad privada, realizan una función pública. El no conocer las vieyas costumbres de respeto sagrado por lo de todas puede llevar a lamentables consecuencias. Como quedó bien demostrado en un litigio en el que casi llega la sangre al regato Moriana. Uno de los árboles, del que hoy solo queda un tocón, herido por el talud de la urbanización cercana terminó por secarse, y acabó por desplomarse una mala noche sobre la carretera. Lo apartaron un poco a la orilla y allí se quedó, hasta el solsticio de verano... Cuando algunos vecinos decidieron que semejante troncón era una inestimable aportación a la Foguera de San Xuan allí se lo llevaron, con no poco esfuerzo. Entonces, cuando ya estaba integrado como Rey indiscutible de la foguera, bajaron sus legítimos dueños a recuperarlo, con una enorme pala excavadora amarilla... la foguera de barios pisos de altura quedó destrozada....

Como puede imaginarse se armó la de dios es cristo y bajó toda la corte celestial a participar en el follón... Y claro, como viene siendo tradición todos los veranos, desde tiempo inmemorial, apareció la prensa villana (de la villa) que tiene a gloria entretener la ociosidad vacacional de la ciudadanía con las simpáticas ocurrencias de la aldeanada :-p . Así quedó reflejada en las hemerotecas, para quien lo sepa buscar, la batalla del Carbayo de Cancienes. Por si fuera poco el calentamiento global del pueblo, un despistado periodista se confundió al trascribir el mote con el que se conoce a los propietarios del árbol, que si ya es despectivo de por sí lo cambió por otro aún peor... (no los pongo por respeto, los del pueblo lo conocen de sobra)

El caso es que aquello trajo consecuencias grabes, no solo porque durante meses se organizaron unas visitas nocturnas tipo Pandorgadas (cencerradas) que terminaron en tiros de escopeta... afortunadamente solo sufrieron les fueyes de los maizales destrozadas por las perdigonadas. Lo peor fue que esta Casería que venía dejando un prao para la fiesta, cercano a la estación y al cuartel, dejó de hacerlo. A partir de ahí la fiesta parroquial dejó de ser lo que era, cambiando durante varios años de sitio, hasta ahora que parece que se asentó en el Parque de la Güelga. No me toca juzgarlo, solo quiero reseñarlo, dejar constancia de que aquello fue como un golpe de mano que simboliza el definitivo cambio del pueblo, para bien y para mal.

¿No ye guapo que unos "simples" árboles cuenten y protejan la memoria de los pueblos? Desde luego lo prefiero a los desarraigados cuentos industrializados actuales. Se me ocurren unas cuantas historietas más, como aquella que dice que en la primera mitad del S.XX las fiestas de Cancienes llegaron a ser tan populares en la comarca entera que fletaban trenes especiales... pero eso ya casi lo falamos a la sombra de esos hermosos Carbayos, en la terraza del chigre más occidental, por situación y nombre, de Cancienes.

Publicado en FB el 31 de marzo de 2019

Desde el puente junto al lavadero de La Umeral

Si para cualquier dibujo lo fundamental es definir las líneas de fuerza que lo forman, en los mapas eso está más claro aún si cabe, solo con dibujar los ríos ya tenemos datos suficientes para imaginar el resto de la geografía. Con los nombres que les damos a los sitios la cosa cambia, lo sabían bien los viejos cartógrafos, si en un pueblo preguntas por el nombre del río lo más seguro es que te contesten "el río..." y como mucho para diferenciar le añaden el nombre del pueblo, así tenemos un mismo río que va cambiando de nombre según por donde pase. En los grandes ríos con nombre propio el asunto no cambia tanto como pudiera parecer, casi se puede asegurar que para los pueblos antiguos que los bautizaron ese sonoro nombre significa "El Río...". A los estudiosos del tema no deja de llamarles la atención que ese nombre fundacional se conserve a pesar de los implacables cambios en los idiomas y civilizaciones, en no pocos casos eso es lo único que nos queda de esos pueblos desconocidos.

Según consenso, para denominar a los pequeños ríos sin nombre se optó por ponerles el de la población más cercana a su nacimiento, cualquier otro nombre, por población en su curso o desembocadura, daría lugar a equívocos pues entonces varios ríos podrían llamarse igual. Aún así ya se vio que si unas aguas ya están bautizadas con un nombre de pila eso va a misa.

Así tenemos al corverano río Alvares que recoge aguas y nombre de una pequeña aldea poco más arriba de la raya con la vecina Llanera. Desconozco las razones por las que en el diario "La Voz de Avilés" se empeñan en llamarlo "Alvarés" con tilde, nunca escuché razonamiento alguno. Si de razones históricas se tratara debería de llamarse río Solís que es como aparece en toda la documentación medieval, su parroquia de nacimiento y por tanto con derecho de bautismo.

Para un alma aldeana como la mía llamarlo río Alvares, del latín album ("blanco") o del preindoeuropeo *ALP-, *ALB- („altura, blanco‟), no deja de ser un capricho tan importante como otros más razonables. De ahí a relacionarlo con "La dama del alba" del ilustre aldeano Alejandro Casona va apenas un suspiro de ensoñación pueblerina. ;-)

(La foto está sacada desde el puente junto a la fuente y lavadero de La Umeral, en la raya entre las parroquias de Cancienes y Solís respectivamente. https://lafozdelpielgu.org/spip.php?article493

Publicado en FB el 8 de junio de 2020

En tren a las piscinas fluviales del Martinete

Todos los años por estas fechas, más o menos entre las fiestas parroquiales de Cancienes (hoy) y el primer día de calorón insufrible, suelo reivindicar el viejo sueño de la piscinas fluviales del Martinete. Este año toca ser responsables y no lo voy a hacer... pero por la misma dejo avisado que mientras no vea chapoteando en ellas al guajerío cancienés seguiré deseándolo. De momento ser ingenuo es gratis, al menos eso espero sin "maldá" ninguna.

Para compensar quisiera enseñaros un mapa de cuando se estaban realizando las obras del ferrocarril entre Villabona y Avilés en 1891. Aunque es un mapa de varias páginas escojo solo un detalle del entorno de lo que hoy es el Cancienes más urbano. Precisamente quiero entender que es la estación la que define el nombre del pueblo como tal, que antes era solo nombre de parroquia sin ningún lugar que se llamara así como tal. Al igual que pasa en las otras parroquias históricas de Corvera: Solís, Trasona/Tresona y Molleda. Pongo un enlace a la página de La Foz del Pielgu donde se dice un poco más del mapa y remite al sitio de consulta y descarga del original. https://lafozdelpielgu.org/spip.php?article604

Analizarlo en detalle daría para muchas charlas, o mejor tertulias, pero de momento quiero quedarme con unos pequeños detalles al vuelo.
 En lo que hoy es El Poblao hay cuatro casas contadas, literal.
 El edificio de La Lechera como tal no existe, se hizo precisamente una vez se contó con estación de tren. Aunque intuyo que una casa solitaria entre el río y la carretera es su precedente, desgraciadamente demolida hace unos pocos años sin mayor pena ni gloria...
 La casona indiana de La Quinta aún no aparece, aunque si se marca su finca de cierre. En un libro sobre la Cal en Asturias se habla de un muro muy grande en Corvera (anterior al cemento tal como lo conocemos ahora) ¿será este?.
 En lo que fue el paso a nivel grande, donde hoy está el puente bajo la vía ¿ya estaba la panadería La Castellana?
 El río lo llaman Solís ¿llamarlo Alvares es posterior?

De momento no sigo, que voy a buscar un sitio donde poder pegarme un chapuzón y pierdo el tren...

Publicado en FB el 5 de julio de 2020